Burnout: el síndrome que afecta a los cuidadores hasta "quemarlos"

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido el síndrome de burnout, o «síndrome del cuidador quemado», como un trastorno mental en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Conexos (CIE-11), cuya entrada en vigor se ha pautado para el 1 de enero de 2022.

La pandemia provocada por el COVID-19, con sus implicaciones sociales, políticas y económicas, profundizó y exacerbó de manera alarmante los problemas de salud mental en la población mundial. La psicóloga María Elena Escuza, directora de la Escuela de Psicología de la Universidad Norbet Wiener, señala al respecto:

«La pandemia ha traído problemas para la salud emocional de las personas. En el ámbito laboral, ha sobrecargado a los trabajadores, quienes deben organizarse para apoyar a sus hijos con las clases escolares, alimentarlos, tomar clases de alguna maestría, lidiar con diversos temas del hogar y, a la par, cumplir con sus obligaciones en el trabajo».

Origen del nombre

El término burnout  es un anglicismo que puede traducirse como «agotamiento crónico»; la palabra fue empleada en 1974 por el psiquiatra estadounidense Herbert Freudenberger para dar nombre a un síndrome que identificó mientras estudiaba las consecuencias que manifestaban quienes se dedicaban al cuidado de personas toxicómonas en Nueva York. Freudenberger descubrió que estos prolongados períodos de ansiedad y estrés, ligados a la falta de energía, derivaban en estados de agotamiento generalizado.

En 1982, la psicóloga estadounidense Cristina Masiach definió esta patología como un «síndrome de agotamiento emocional, des-personalización y baja realización personal que puede manifestarse en individuos cuyo trabajo implica atención o ayuda a personas».

Síndrome del cuidador quemado

Las personas que cuidan de otros en casa, de manera permanente, son más proclives a desarrollar el cuadro de desgaste emocional que a su vez deriva en el síndrome del cuidador quemado. Geriatras y gerontólogos explican algunos síntomas que indican cuando el cuidador está al límite y cae en este estado:

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Síntomas físicos

✓ Cansancio continuo (agotamiento, fatiga).

✓ Aumento o disminución del apetito.

✓ Trastornos del sueño (insomnio, somnolencia durante el día).

✓ Dolores musculares, palpitaciones, molestias digestivas, cefaleas.

✓ Consumo excesivo de bebidas con cafeína, alcohol o tabaco.

✓ Abuso de pastillas para dormir u otros medicamentos.

✓ Descuido con su aspecto físico.

Síntomas emocionales

✓ Tristeza, sentimientos de culpa.

✓ Irritabilidad, cambios frecuentes de humor o de estado de ánimo.

✓ Dificultad para concentrarse.

✓ Problemas de memoria.

 

Síntomas sociales

✓ Desinterés por actividades que antes disfrutaba.

✓ Aislamiento familiar y social.

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El síndrome en cuestión agota física y emocionalmente al cuidador. Para prevenir y paliar la sobrecarga, han de entender que es importante:

✓ Mantener activas las relaciones personales.

✓ Pedir ayuda para cuidar al familiar enfermo.

✓ Fomentar la autonomía del dependiente.

✓ Practicar técnicas de relajación.

✓ Dormir las horas necesarias.

✓ Alimentarse de forma saludable.

✓ No automedicarse.

✓ Cuidar sus emociones y aprender a gestionarlas.

Conocer qué es el síndrome del cuidador, por qué se produce, y reconocer las señalas de alerta, favorecerá el bienestar y la calidad de vida del cuidador.